EBBA LINDQVIST
Svensk version i slutet.
EBBA LINDQVIST
🐍
Introducción
He aquí un hermosísimo poema que ustedes, con seguridad, van a disfrutar.
En lo personal, me hizo reaccionar y corregir mi actitud como poeta.
Es que Orfeo, según el poema, nunca tocó la lira ni cantó su canción para ella, que lo aguardaba sola en las noches oscuras hasta el amanecer, en que llegaba cansado y ebrio de sus éxitos y fiestas (“Ninguna canción para mí. Ningún viaje al sol”). Solo después de su muerte, en el Hades, Eurídice pudo escuchar la canción que venía de allá arriba (”La canción que es mucho más que el amor y la muerte”).
Hermoso poema, y una durísima crítica al poeta "órfico" que –según el mito fundador– es el ser de inspiración divina (mediador entre Dios y el hombre (no mujer) que –en el mundo de hoy, de mejores percepciones y sensibilidades– resulta un ser egocéntrico, bruto e ignorante, como nos hace sentir el monólogo de Eurídice en el Hades.
La poetisa sueca Ebba Lindqvist escribió su poema a principio de la década de los sesenta. El poema pertenece al libro Lökar i november, 1963).
DE EURÍDICE A ORFEO
(Traducción: Harold Durand)
🐍
¿Por qué pensaste, Orfeo, que te seguiría?
¿Por qué tan seguro estabas que has venido aquí a buscarme,
que me obligarías a seguirte paso a paso de regreso?
Bello fue nuestro amor, eso nunca podré negarlo.
Mas nada hay en la vida que ya pueda tentarme.
También allá arriba, en el país del sol, llegan
las sombras heladas trepando la montaña.
Lo sé.
Lo recuerdo y nadie
como yo sintió el hielo de tu corazón.
El sol tiene manchas negras.
Eros tienes alas negras.
En la oscuridad de la noche ya oía, en la tierra,
el ladrido de los perros del Hades.
No creas que me importa,
aunque no resistías,
aunque te dabas vuelta. Oh, nadie
como yo conocía tu debilidad. Muerto
de cansancio regresabas siempre, siempre a mí
de fiestas y marchas triunfales,
y arrojabas al suelo la lira y te sumergías en mi regazo
para olvidar bacanales y canciones. Y yo,
tu amada, sola.
Ninguna canción para mí. Ningún viaje al sol.
Ni el viaje alado de los pájaros. Cansado
a casa llegabas Orfeo.
No creas que me importa pues yo elegí el Hades.
No fue la serpiente. Fui yo quien eligió la serpiente.
La vi en el prado entre las flores.
Deseaba el veneno.
Ahora en el país de las sombras digo no a la vida,
La vida puesta en el muro, exige una réplica.
pues la vida tiene palabras de afiladas puntas
que atraviesan el corazón.
La sangre gotea silenciosa, tan silenciosa
que no se nota como ella gotea.
Y sin embargo una y otra vez diré lo mismo, Orfeo:
bello fue nuestro amor, y nunca
podrá negarse. Mas no fue por eso
que te seguí temblorosa y pálida.
Cansada y vacilante seguía la lira y la canción.
La canción al sol y los vientos.
La canción al mar y las olas.
La canción a los placeres de la tierra en el tiempo que florecen las amapolas.
La canción a todo lo que la tierra da pero aun más:
a todo aquello que nos niega. Aquello que está lejos de la tierra,
aquello que está lejos del corazón de la gente y lejos del amor.
La canción a lo que es más bello que la vida.
La canción que es mucho más que el amor y la muerte.
La canción que es mucho más que la canción.
Oh, pronto todas las cosas desaparecerán de la tierra,
y todo olvidaré, mas la canción nunca.
Porque esa única vez que tocaste para mí sola.
Sola una vez he vivido mi vida en la tierra. Oh,
la tierra con todo agrado doy a los que son mas fuertes para vivir. Pero
¿por qué pensaste, Orfeo, que te seguiría?
Ya nada puede en la vida atraerme,
ni añoro el regreso.
(1909)
🐍
EURYDIKE TILL ORFEUS
Vem hade sagt, att jag ville följa dig, Orfeus?
Varför var du så säker, att du sökte mig här?
Att du tvang mig steg för steg tillbaka?
Skön var vår kärlek en gång, och aldrig skall den förnekas.
Men inget liv kan locka mig mer. Också däruppe
i solens land kommer den kalla skuggan
krypande över bergen. Jag vet. Jag minns.
Och ingen kände som jag kölden i ditt hjärta.
Solen får mörka fläckar. Eros har svarta vingar.
Och i nattens mörker hörde jag redan på jorden
skallet från Hades' hundar. -Tro inte, att jag sörjer,
fastän du inte orkade, fastän du vände dig om. Ä, ingen,
kände din svaghet som jag. Dödstrött kom du tillbaka,
alltid tillbaka till mig från fester och segertåg,
kastade lyran till marken, sjönk i min famn för att glömma
backantinnor och sång och vin. Och jag din älskade ensam.
Men ingen sång för mig. Ingen färd till solen.
Aldrig fågelvingarnas flykt. Orfeus korn uttröttad hem.
Först här i skuggornas land orkade jag att leva.
Livet ställer mot väggen. Livet kräver ett gensvar.
Livet har spjutvassa ord, som genomborrar vårt hjärta.
Blodet droppar så tyst, så tyst, och ingen ser hur det droppar.
Och ändå - om och om igen skall jag säga detsamma, Orfeus:
skön var vår kärlek en gång, och aldrig skall den förnekas.
Men det var inte den jag följde. Darrande blek,
vacklande trött följde jag lyran och sången.
Sängen om solen och vindarna. Sången om havet och vågorna.
Sången om jordens ljuvlighet, när vallmon blommar om våren.
Sängen om allt som jorden ger men ännu mera
allt vad den inte ger. Om det som är bortanför jorden,
om det som är bortanför människohjärtat och bortanför kärleken.
Sången om det som är skönare än livet.
Sången förmer än kärleken och döden.
Sången förmer än sången.
- Å, allting på jorden skall snart försvinna,
allt skall jag glömma, men aldrig sången.
En enda gång har du spelat för mig ensam.
En enda gång - i skuggornas svala rike.
En gång har jag levat mitt liv på jorden. A, jorden
ger jag så gärna åt dem som är starka att leva. Men
vem hade sagt att jag ville följa dig, Orfeus?
Inget liv lockar mig mer,
och jag längtar aldrig tillbaka.
REPASE LA HISTORIA DE ORFEO Y EURÍDICE SEGÚN EL MITO GRIEGO
🐍
La historia más conocida sobre Orfeo es la que se refiere a su esposa Eurídice. Eurídice murió al ser mordida por una serpiente.
Orfeo se lamentaba amargamente por la pérdida de Eurídice. Consternado, Orfeo tocó canciones tristes y, llegado el momento, ablandó los corazones de Hades y Perséfone, que permitieron a Eurídice que volviera con Orfeo al mundo de los vivos, pero con la condición de que él caminase delante de ella y no mirase atrás hasta que hubieran alcanzado el mundo superior y los rayos de sol bañasen a la mujer.
Orfeo y Eurídice llegaron finalmente a la superficie. Entonces, ya por la desesperación, Orfeo volvió la cabeza para ver a su amada; pero ella todavía no había sido completamente bañada por el sol, y aún tenía un pie en el camino del inframundo, así que se desvaneció en el aire, y esa vez para siempre.
VISITA MI BLOG
Harold Durand
http:/laobradeharoldurand.blogspot.com/
Harold Durand
http:/laobradeharoldurand.blogspot.com/
Kommentarer
Skicka en kommentar