GABRIELA MISTRAL

GABRIELA MISTRAL: MUJER DISCRIMINADA Si no podéis, entonces ¡ay! olvidadla. Yo la maté. Vosotras también matadla! “ Prólogo”, del libro Lagar S oy de la generación que hizo su infancia con los boleros y los tangos de los mayores y con la poesía de Gabriela Mistral, que era la voz lírica por excelencia. Por eso me llamó la atención que Gabriela Mistral fuera siendo desplazada en las preferencias de los lectores a mediados de los años sesenta. Entiendo que las preferencias del lector varíen con el tiempo, al ir descubriendo nuevos autores. Pero no al punto de ignorarla o de reducir su gran obra a un par de poemas para niños. Era evidente, por tanto, que se había puesto entre ella y los lectores — a modo de biombo — , algo ajeno al gusto literario. Y aquello, ¿qué podía ser? Veamos. Primero fue un rumor; luego, una sospecha; después, con los años, creció hasta convertirse en una acusación, o si se quiere, en un dedo (hipócrita, a veces; descarado, en otras) q...